Miguel Ángel Navarro se hace llamar El camionero sin camión, viste con una camiseta de color amarillo sobre la cual pueden leerse los mensajes que desea trasmitirnos y los cuales nos alertan de cosas que tal vez no todos conocemos. Miguel Ángel, trabajador responsable y padre de familia numerosa, en situación desesperada se ha echado a la calle a protestar contra los bancos y a exigir que el Gobierno modifique la legislación que regula el funcionamiento de los pagarés, causa principal de su ruina.
No pudo pagar una deuda de 1.987 euros contraída con una sucursal bancaria de Campohermoso (Níjar), al no poder cobrar hasta 24.000 euros en pagarés y lo ha perdido todo. Desde entonces ha emprendido una guerra para que la Ley impida que esta situación se vuelva a repetir, con una serie de actos simbólicos por medio país.
Estuvo en el Congreso, en La Moncloa, ha hablado con Celestino Corbacho, ministro de Trabajo, con la portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría, ha acompañado la protesta de Estructuras Jigar en Pozuelo de Alarcón, la de Segundo Quiñones acampado a las puertas de la Moncloa, recorrió varios platós de televisión y vuelve nuevamente a las calles de Almería, donde se ha manifestado ante la oficina del Servicio Andaluz de Empleo del barrio capitalino de Regiones, acompañado de su madre – de 75 años y en silla de ruedas -, para exigir una vez más que se modifique el artículo 57 de la Ley Cambiaria y del Cheque, que data de 1985 que dice que el portador de una letra de cambio ‘tendrá derecho a proceder contra todas estas personas individual o conjuntamente, “sin” que le sea indispensable observar el orden en que se hubieren obligado’. Miguel Ángel quiere que se modifique la ley sustituyendo la palabra "sin" por la palabra "y", lo cual sería la solución al problema que viene arruinando a muchos españoles en la realidad de hoy.
El "camionero sin camión" Miguel Ángel Navarro quiere que se elimine ese ‘sin’, una preposición en la que ve el origen de los males de numerosos autónomos y de los empleados de estos, y es que los pagarés comprometen su pago al que suscribe, si éste no lo hace de inmediato el que puede acabar pagando es el que lo ha recibido, como es su caso.
Por 1.987 euros, Miguel Ángel Navarro ha perdido su patrimonio, le han bloqueado las cuentas y no le han negociado los pagarés pendientes de pago, que alcanzan los 24.000 euros; además le reclaman 70.000 euros de una hipoteca.